NEUROSIS
La Neurosis es el término con que se designa un extenso grupo de afecciones mentales cuyos rasgos diferenciales más importantes con respecto a la psicosis (el segundo gran grupo de trastornos psiquiátricos) son que el enfermo es capaz de conocer su realidad y que no pueden demostrarse alteraciones anatomopatológicas. También es una enfermedad del sistema nervioso. Su principal característica es que provoca una gran inestabilidad emocional en una persona debido a que lo lleva a distorsionar su pensamiento racional. Con esta afección un individuo puede llegar a sentir ira, angustia, o desorientación; todo dependiendo del cuadro en sí. Existen distintos tipos de neurosis. Las causas o las variantes de este trastorno son muchas, y todas dependen del individuo, por eso es fundamental que quienes padezcan uno de estos cuadros concurran de modo urgente a un psicólogo y/o psiquiatra que les brinde un tratamiento adecuado para la superación del mismo.
TIPOS
Neurosis de angustia: La neurosis de angustia es la manifestación clínica de un estado de ansiedad producido por una estimulación que abruma al Yo y amenaza rebasar sus posibilidades de adaptación. La estimulación puede ser de origen interno o externo; ejemplo del primer caso es el de las necesidades básicas insatisfechas (sexo, hambre, descarga de agresión, etc.), y del segundo, toda situación externa que comporta una amenaza de aniquilación para el individuo y que éste no puede controlar (guerras, catástrofes, etc.) En el segundo caso la neurosis de angustia resultante recibe el nombre de neurosis traumática. Las neurosis traumáticas son reacciones de pánico incontrolado y persistente que no se explican únicamente por el peligro externo y para las que hay que aceptar también un factor neurótico ligado a la personalidad del paciente, pues sólo puede hablarse de neurosis cuando la reacción se caracteriza por una falta de adaptación a la situación real (paralización ante el peligro,) y se prolonga excesivamente después de pasada la situación desencadenante.
Neurosis histérica: La histeria es una neurosis que se caracteriza primordialmente por la resolución neurótica de la situación de conflicto mediante los denominados síntomas de conversión somática. El histérico "convierte" la energía psíquica de las pulsiones o necesidades causantes de angustia en inervaciones somáticas que originan síntomas físicos que tienen un sentido inconsciente de satisfacción sustitutiva y parcial de aquellas pulsiones y son a la vez expresión simbólica del conflicto. Los síntomas son muy variados y pueden afectar a las inervaciones musculares o vegetativas en forma de inhibición o excitación. Síntomas de inhibición son, las parálisis musculares o la afonía; de excitación lo son las contracturas, los ataques de nervios con convulsiones o los vómitos.
Un histérico puede expresar el conflicto entre un impulso sexual y su temor al mismo vomitando, como expresión de rechazo, cada vez que alguna situación le estimula sexualmente o amenaza estimularle. Igualmente puede expresar el conflicto entre un impulso agresivo y su repulsa sufriendo una parálisis del brazo con el que hubiera deseado materializar la agresión. Todas estas significaciones, como ocurre con todos los síntomas neuróticos, permanecen inconscientes para el individuo que sufre el síntoma.
Neurosis fóbica: La neurosis fóbica está mucho más directamente ligada a la neurosis de angustia que las otras y se presenta siempre tras un periodo de ansiedad. El síntoma fóbico se produce mediante un desplazamiento de la causa de la angustia a un objeto concreto, lo que aporta un alivio de angustia convirtiéndola en miedo a una determinada situación o cosa y sustituyendo la causa interna del conflicto por una causa externa, ante la que el paciente puede recurrir a conductas defensivas que constituyen un acompañamiento constante del síntoma y reciben el nombre de maniobras contra fóbicas. Éstas pueden ser pasivas (huida o evitación del objeto fóbico) o activas (tranquilización buscando seguridad o protección).
Las fobias son múltiples y muy variadas y pueden recaer sobre un objeto (animales, personas o cosas) o una situación (miedo a los espacios abiertos, a la altura, a los exámenes, etc.). Se acostumbra denominarlas con el nombre griego del objeto fóbico seguido de la palabra fobia. agorafobia (miedo a los espacios abiertos), claustrofobia (miedo a los espacios cerrados), aracnofobia (miedo a las arañas), etc. La defensa fóbica suele ser poco eficaz y no consigue una neutralización suficiente de la ansiedad, por lo que es frecuente que se extienda progresivamente abarcando cada vez más objetos y que las conductas contrafóbicas de evitación y tranquilización vayan limitando cada vez más las posibilidades de realización personal y social.
Neurosis obsesiva: La neurosis obsesiva es la más fija y organizada de las neurosis y la que, en pesar de que pequeñas obsesiones transitorias son frecuentes en ciertos momentos de la infancia y en la adolescencia. Se caracteriza por la aparición forzada en la conciencia de sentimientos, pensamientos o deseos que el enfermo siente extraños a sí mismo, sin que por ello pueda apartarlos de su mente. La vida del obsesivo se convierte así en una lucha continua contra estos parásitos mentales que se le imponen contra su voluntad y que le atormentan indeciblemente, pues suelen tener un contenido hostil o agresivo que entra en grave conflicto con una personalidad a menudo moralmente rígida y exigente. Los sentimientos de culpa son la regla, y contra ellos el paciente recurre a una serie de maniobras reparadoras y expiatorias cargadas de simbolismo inconsciente, muy ligadas al pensamiento mágico y arcaico, y organizadas rígidamente en forma de rituales obsesivos, modo de defenderse contra los sentimientos o ideas obsesivos que adquiere a su vez un carácter obsesivo.
Existe una enorme variedad de ideas obsesivas, así como una extensa lista de complejos rituales de defensa; un ejemplo lo puede constituir el de un enfermo que vivió atormentado por la representación obsesiva de que algún ser querido va a morir si él no realiza regularmente determinado ritual, como puede ser detenerse cada 100 metros para dar una vuelta completa sobre si mismo, rezar determinada oración cada dos horas o pronunciar en voz alta cierta frase mágica cada vez que alguien estornuda delante de el. Las obsesiones y los rituales pueden llegar en algunos casos a complicarse hasta tal punto que al enfermo le sea imposible encontrar un equilibrio mínimo que le permita llevar una vida social y cumplir con sus obligaciones laborales y familiares. Otros muchos sí lo consiguen, aunque a costa de un esfuerzo titánico y un sufrimiento desmesurado.
Neurosis de carácter: En la neurosis de carácter el síntoma, que en las demás neurosis es sentido por el paciente como algo extraño a su personalidad, que es causa de sufrimiento y contra lo cual procura más o menos luchar, es sustituido por un rasgo de carácter. La sintomatología de la neurosis de carácter consiste en la propia deformación del carácter, de modo que constituye parte de la personalidad del paciente y éste ni lo considera patológico ni se siente enfermo. Es quizá la forma más corriente de neurosis y puede decirse que en todo carácter, por normal que parezca, hay siempre rasgos que tienen un significado neurótico por haber sido incorporados a la personalidad con fines defensivos contra ansiedades neuróticas.
Estos rasgos se distinguen por su rigidez, que les hace mantenerse firmemente sin dejarse influir por la experiencia ni la reflexión. El concepto de neurosis de carácter se confunde con el de trastornos de conducta y personalidad psicopática. En general la neurosis de carácter conduce a tipos de relación humana conflictiva. La pasividad y la dependencia excesiva de los demás, o, por el contrario, la necesidad de mostrar una conducta de autoafirmación obstinada son ejemplos de rasgos neuróticos del carácter.
Los síntomas neuróticos son más fácilmente cambiables puesto que, en el fondo, no son más que la expresión de las formas y tácticas con que la personalidad neurótica busca la satisfacción sustitutiva de sus necesidades básicas que le permita la supervivencia. Ante presiones o influencias externas es posible que el síntoma desaparezca, generalmente para ser sustituido por otro. Esto permite que se produzcan aparentes "curaciones" espontáneas de la neurosis, que no son tales si se tiene en cuenta que la personalidad neurótica y, por tanto, su potencial generador de nuevos síntomas, no se ha modificado
.
Tratamiento. El tratamiento de la neurosis se divide, como todo tratamiento médico, en tratamiento sintomático y tratamiento causal. El primero tiene por objetivo la desaparición de los síntomas, principalmente de aquellos que causan más sufrimiento al paciente y a quienes les rodean. El segundo se propone la modificación estructural de la personalidad a la que se hace referencia en el apartado anterior. El tratamiento causal exige un marco de relación personal que ofrezca al paciente la posibilidad de aprender y estructurar nuevas formas de relación consigo mismo y con los demás. Para el mero tratamiento sintomático pueden utilizarse numerosos recursos, que van desde la persuasión, la sugestión y la hipnosis hasta la elevación del umbral de ansiedad con el uso de los modernos psicofármacos.
Estos rasgos se distinguen por su rigidez, que les hace mantenerse firmemente sin dejarse influir por la experiencia ni la reflexión. El concepto de neurosis de carácter se confunde con el de trastornos de conducta y personalidad psicopática. En general la neurosis de carácter conduce a tipos de relación humana conflictiva. La pasividad y la dependencia excesiva de los demás, o, por el contrario, la necesidad de mostrar una conducta de autoafirmación obstinada son ejemplos de rasgos neuróticos del carácter.
.
Tratamiento. El tratamiento de la neurosis se divide, como todo tratamiento médico, en tratamiento sintomático y tratamiento causal. El primero tiene por objetivo la desaparición de los síntomas, principalmente de aquellos que causan más sufrimiento al paciente y a quienes les rodean. El segundo se propone la modificación estructural de la personalidad a la que se hace referencia en el apartado anterior. El tratamiento causal exige un marco de relación personal que ofrezca al paciente la posibilidad de aprender y estructurar nuevas formas de relación consigo mismo y con los demás. Para el mero tratamiento sintomático pueden utilizarse numerosos recursos, que van desde la persuasión, la sugestión y la hipnosis hasta la elevación del umbral de ansiedad con el uso de los modernos psicofármacos.
LA NEUROSIS
NEUROSIS HISTÉRICA
NEUROSIS OBSESIVA
NEUROSIS FOBICA
NEUROSIS DE CARÁCTER
Muy buena información...saludos...👍👍
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarse me hace interesante la información....
ResponderEliminar